El AK-47 (en ruso “Avtomat Kaláshnikova”) fue diseñado en 1947 y dos años más tarde se inició su fabricación a
gran escala,
para luego convertirse en la principal arma ligera del Ejército
soviético. La URSS primero armó con el AK a sus aliados en Europa
Oriental y luego lo exportó a todos los continentes; sin embargo, hasta
1999 la planta mecánica de Izhevsk no registró el fusil de asalto como
marca comercial. A día de hoy se
han
fabricado a nivel mundial 100 millones de ejemplares. Los expertos
calculan que el 90 % de esta producción viola el derecho de autor. Los
modelos falsificados se fabrican, inclusive, en talleres de reparación
de automóviles con un precio de coste de unos 35 dólares estadounidense.
Mientras tanto, el precio de fábrica de un fusil genuino es de 300
dólares.
El auténtico AK-47 pesa 4,3 kilogramos, su longitud es de 870
milímetros, la longitud del cañón es de 415 mm y el calibre es 7,62 mm.
La cadencia de tiro es de 600 disparos por minuto y el cargador
extraíble curvo tiene capacidad para 30 cartuchos.
Mijaíl Kaláshnikov afirmó que en su arma nada sobra: “Cada una de las
nueve piezas pide que la instalen en el lugar que está destinado solo
para ella”.